Si estás viendo esta página, probablemente seas un enamorado de la fotografía, de los insectos o de ambas cosas.
Me llamo Carlos y la fotografía ocupa la mayor parte de mi tiempo, ya sea haciendo sesiones de retrato, fotografiando un edificio o disparando para una sesión de producto. Todo mi trabajo lo desarrollo en León.
Sin embargo, aunque soy un recién llegado a la disciplina de la fotografía macro, puedo decir sin temor a equivocarme, que ya no puedo dejar de afotar bichos como un poseso... Salir al campo cámara en mano, buscando sin prisas un protagonista para una de mis fotos, se ha convertido en un auténtico vicio.

Vaya por delante que mis conocimientos sobre insectos son más bien escasos; eso se lo dejo a los biólogos y a los entomólogos. Yo no soy más que un humilde fotógrafo cuyo único deseo es plasmar de la forma más estética posible, toda esa belleza que encierra el fascinante mundo de los insectos.

Aún así, trataré de dejar algunos tips de interés en cada foto que suba. Eso si, te agradezco desde ya, que cualquier error en la catalogación de alguna especie, me lo hagas saber para poder corregirlo rápidamente.

Espero que el contenido de esta web sea de tu agrado y la disfrutes tanto como yo lo hago retratando a esos pequeños bichejos que pueblan nuestra hermosa provincia.

lunes, 29 de junio de 2015

Coenonympha glycerion: la mariposa que no quería posar



En Villabalter, en un pequeño claro a la salida de un sendero boscoso, andaba a la búsqueda de odonatos, ya que al lado discurre una pequeña presa que riega toda la zona.
Tras fotografiar a un par de ellos, empecé a ver el vuelo nervioso e incesante de algunas Coenonympha glycerion, que se empeñaban una y otra vez en posarse en el suelo, lugar poco fotogénico a la par que incómodo para inmortalizar al bichejo.

Al final decidí centrarme en un solo ejemplar y a cada posada que no me convencía, me acercaba rápidamente para que emprendiera el vuelo de nuevo con la esperanza de que se detuviera en un buen posadero. Y mi trabajo me costó. Al final, después de mucho corretear detrás de ella, tuvo la delicadeza de posar unos minutos para mi. ¡Qué dura es la vida del macrero!

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